SPANISH FLASH FICTION 2024: The Highly Commended Entries (Y10-11)

Following the publication of the winning and runner up entries, we are excited to present the highly commended entries for the Year 10-11 category of this year’s Spanish Flash Fiction competition!

A huge well done to all our highly commended entrants! Without further ado, ¡venga, vamos!

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La luz lila tranquila de madrugada brilla e ilumina cada vez más la ciudad llena de casas blanquísimas y desparejadas. Una medialuna de palmeras guarda la orilla rocosa. Agarro mi tabla de surf, mirando las olas siguientes. La sal pica mis ojos y se pega a mi piel. Alga dispersa flota en la superficie del mar cristalino.
El pulso paulatino de la marea sube y baja como un latido. La escucho antes de verla, corriendo hacía mí. Comienzo a remar mientras se eleva encima de mí como un aguila adalberti, sus alas extendidas. Y yo también empiezo a volar.

– Sophie Lonsdale, Year 10

El tentempié

Me siento en una rama mientras me despido de mi hermano y desayuno. El sol me calienta suavemente y admiro contentamente el cielo del verano. De repente, una nube gris, blanca y furiosa llena mi vista, ¡y se acerca a mí muy rápidamente! Tengo mucho miedo y salto atrás, pero ahora caigo sin control hacia la tierra debajo – mis ojos se abren de par en par, ¡estoy aterrorizada! Entonces, en un instante, todo termina. La nube se abate sobre mí y me aprisiona entre sus garras. Y aquí estoy, un tentempié para una gaviota, una pobre mariquita, olvidada para siempre.

– Siri Krznaric, Year 10

El silencio

Silencio.
Un silencio desconcertante invadió el paisaje, paralizando cualquier signo de vida. Abatido por el peso de la pérdida, un hombre reflexionaba en silencio. Parecía una estatua de tristeza, indistinguible del silencio que lo envolvía.
Internamente, un campo de batalla: emociones chocaron; eventualmente las garras despiadadas del dolor lo destruyeron.

La luz del sol, desesperada por consolarlo, quedó aprisionada en el agarre asfixiante de la niebla rencorosa, reducida a un resplandor que palpitaba como un tumor bilioso. Las montañas apáticas sólo podían observarlo. Nada ayudó; nada podría devolverle su amor a sus brazos una vez más.

Finalmente, lloró, rompiendo el silencio.

– Tiana Majumder, Year 10

Bajo el Cielo de Azufre: Viaje a través de la Desolación

El mundo se oscureció como si alguien hubiera accionado un interruptor. El silencio era ensordecedor, como si todo sonido hubiera sido absorbido. Era como si el gas del celo tuviera vida propia, vaporizando todo a su paso -desde edificios altísimos hasta carreteras interminables-nada se salvó. Las llamas arremetían contra las estructuras, cambiando de dirección sin previo aviso, y me encontré en la línea de fuego. Corrí deprisa, atravesando los andrajosos alrededores y llegando a tiempo a un búnker seguro para escapar de las llamas tóxicas. Pero esto no fue más que un espasmo pútrido.

– Artharv Kokate, Year 10

Mi abuela durmiendo.

Veo su cara arrugada en paz y durmiendo. Cada línea de la historia de su vida. Se mueve ligeramente y me imagino su juventud. Las líneas alrededor de su boca son reminiscencias, risas. Las de sus ojos son de exploración y aprendizaje. Un rayo de sol brilla sobre ella, está bendecida. Su piel es sabia pero suave y tierna como su corazón. Su corazón es amable y cariñoso, late lentamente en su pecho mientras descansa. Canta al amor y se lamenta del desamor. La veo, mi abuela dormida.

– Chloe Skelton, Year 11

Hola. Soy yo. El que viste hoy. El que ignoraste. Te miré fijamente. Te lo he rogado. Estaba desesperado y aún así elegiste dejarme. Me estoy muriendo a tus pies y no te importa. Solía ser como tú, ¿sabes? Mirando hacia otro lado para no sentirme culpable. Dejando caer unos centavos para poder irme a casa orgulloso. Pero no necesito centavos, necesito comida, refugio, alguien con quien hablar. Un amigo.

– River Lee, Year 10

EL TEATRO

«La doma de la esposa regañona» fue un gran éxito.

Pero a Billy Shakespeare se le ordenó ver a la reina Bess.

“Maestro Shakespeare, no estábamos contentos. Podemos demostrar que aquí las esposas no molestan a sus maridos”, afirmó la reina.

Esa noche, se pidió a cientos de campesinos que se reunieran fuera del foso.

“Cualquiera que tenga miedo de su mujer, que venga al agua”, gritó la Reina.

Sólo un hombre flaco se mantuvo alejado.

“¡Bravo!” dijo la Reina.

“Estoy resfriado. Mi mujer me ordenó que no me acercara al agua”, se disculpó tímidamente el hombre flaco, tosiendo.

– Kumar Banerji Ballester, Year 11

Emergiendo de la oleada de zarzas, aquellas familiares verjas de ébano inquietantes le sobrepasaron. Limpiándose el sudor de la frente, Luis suspiró antes de proceder. Evitando las ramas caídas y vadeando por la hierba crecida, atravesó por los escombros. Las briznas mojadas rozaban contra sus piernas desnudas, adentrándolo mas en el bosque. Elevando su vista, a las nubes amenazantes, el día borrascoso lo capturó cuando repentinamente la lluvia comenzó a caer. Luis probó la sal de su sudor mientras las gotas afiladas caían a raudales por su cara y por su lengua y despegó su camiseta empapada de su pecho. 

– Annabel Hogan, Year 10

El interior de la visera empezó a condensarse restringiendo mi visión. Esto suponía un problema: significaba que mi soporte vital tenía poca batería. Me estremecí ante la idea de ahogarme en silencio y seguí saltando por la arena roja. Todavía no estaba acostumbrado a la baja gravedad y, cada vez que me abalanzaba hacia delante, me sentía mal. ¿Quién podría estar detrás de esto? ¿Quién había saboteado la nave espacial? Contemplé el horizonte vacío, sin nadie que pudiera responder a mis preguntas. Tenía que regresar a la colonia de alguna manera. El programa de Marte había fracasado, todos habíamos fracasado.

– Jonathan Visan-Gherghe, Year 11

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¡Felicidades a todos!

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